lunes, 22 de septiembre de 2008

Crónicas inútiles

La tarde

La tarde creció lentamente a partir de los espejos
y la realidad se convirtió en una caverna
en donde los seres son sombras chinescas
que se mueven sobre muros.
Sólo una parvada de pájaros negros
grazna en el cielo que se rompe
y cae a pedazos sobre los jardines,
las calles y las azoteas.
Esta tarde el universo
es un silencio enorme que se expande,
un sinfín de partículas de tinta,
un libro interminable y sin sentido,
una tumba que aguarda la llegada del próximo cadáver.

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