domingo, 21 de septiembre de 2008

Crónicas inútiles

El gato de Schrödinger

Algo dicen las esquirlas del aire que se rompe,
algo la lejanísima voz de una ola en el desierto.
Algo dicen las campanas
en la soledad terrible de la ciudad que duerme.

Cada nueva voz, cada murmullo,
enriquecen la inefable grandeza del silencio.

Nada puedes decir que supere la fuerza
de una cuerda que vibra
en el profundo abismo de una lágrima;
nada que sea más dramático
que un gato que vive y muere al mismo tiempo,
mientras ve pasar las horas
en el ingenioso mecanismo de una trampa;
nada que sea más importante
que una brizna de polvo en la cornisa.

Sin embargo,
tal vez algo pueda conmover a Dios por un instante:
un grito de indignación por tanto dolor y tanta muerte.
Sólo se requiere de un ligero descuido, un parpadeo,
Un segundo de duda en Dios,
para que el gato pueda destrabar la trampa.

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