martes, 16 de octubre de 2007

La Maltos

En la esquina formada por las calles que dividen a la ciudad en cuatro se alza la fachada de la vieja casa que albergó a la Santa Inquisición y después fue el domicilio particular de una mujer contradictoria: devota hasta la crueldad; piadosa hasta el asesinato; mística hasta la lujuria; humilde hasta la megalomanía. Esta mujer, conocida como la Maltos, se convirtió en la espada de Dios y por lo tanto en diablo, en la mitad de Dios que es el infierno. Ella colaboró con la Santa inquisición, denunció herejes y apóstatas, llevó al potro de los tormentos a muchos, a veces hasta por faltas leves, pecados veniales, a veces con acusaciones infundadas. Efectuaba con frialdad y precisión el ritual que le dictaban sus creencias. El celo religioso de la Maltos la llevó, después de cometer un sinfín de crueles torturas, enjuiciamientos y asesinatos en el nombre de la Santa Inquisición. Pero también cometió un error fatal: acusó a quien no debía ser acusado, a uno con más poder que ella. Desde luego los papeles se invirtieron y la perseguidora se convirtió en perseguida. Todo este asunto la obligó a enclaustrarse y romper todos los espejos de la casa. Después, en los muros, empezó a pintar la historia de una nueva creación.
Su locura la obligó a plasmar exclusivamente diversas versiones del Apocalipsis en donde el mundo terminaba consumido por el fuego, o arrasado por inundaciones y por guerras. Desesperada por su incapacidad para pintar el génesis se sumió en la depresión y el silencio. Cuando los vecinos fueron a buscarla, extrañados por semanas de no verla, encontraron una casa vacía con los muros pintados como en una iglesia. El rostro de la Maltos es el de la mujer que se arroja, en un carro tirado por dos grifos, hacia el centro de un volcán en llamas. Los vecinos dijeron que fue así como La Maltos escapó de quienes la buscaban: se subió al carruaje dibujado en la pared y huyó hacia una dimensión insospechada.
Ahora el edificio es, durante el día, una fachada en ruinas que alberga un estacionamiento; pero algunas noches, cuando la luz del sol se queda prisionera en los charcos que dejó la lluvia, el lugar se convierte en un calidoscopio y en los muros se despliega una historia que se hace y se deshace. Entonces puede verse cómo se derriten los rostros de los militares y los gobernantes; cómo se hacen polvo las estatuas y el cuerpo de jóvenes mujeres que se incendian; los rasgos deformados de los que mueren por efecto de venenos; ciudades infestadas de trampas en donde cada casa es una ratonera o una cárcel. En el centro del muro norte de la estancia, una mujer se sube a un carro tirado por dos grifos y emprende un viaje fatal hacia las fauces de un dragón que se la traga, el dragón es una casa en ruinas con los muros pintados y ella queda otra vez como una línea de carbón sobre el estuco.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, he leido esta historia varias veces pero desconozco el origen de esta mujer.

Me interesa porque yo tengo como apellido Maltos que si ya de por si raro tambien lo es escasamente difundido en apenas detectadas 7 u 8 generaciones.

Cualquier informe que pudiera darme sobre esta mujer me seria de gran ayuda.

maltos18 [4rr0b4] hotmail.com

Anónimo dijo...

Claro que es familiar si es que existió

Anónimo dijo...

Ya que la familia MALTOS es una sola familia en todo el universo.
En otras palabras es única

Anónimo dijo...

En la región donde nací, ubicada en Michoacán, son muy pocas las personas con el apellido Maltos, al grado de ser considerado extraño.Sin embargo, he visto que en el norte de México y en Texas abunda...

MARIA dijo...

YO TAMBIEN SOY MALTOS, Y EFECTIVAMENTE EN EL NORTE SOMOS NO MUCHAS PERO SI VARIAS PERSONAS LAS QUE LLEVAMOS EL APELLIDO MALTOS, HASTA DONDE SE POR ALGUNA RAMA TODOS ESTAMOS EMPARENTADOS AUNQUE SEA LEJANAMENTE, SALUDOS

Anónimo dijo...

ESA LEYENDA ES DE SANLUIS POTOSI....BUSQUEN MAS INFORMACION Y VERAN QUE SI ES FAMILIA.. YO SOY DE MVA COAH... ME LLAMO LETTY MALTOS BUSQUENME EN FACEBOOK