sábado, 5 de enero de 2008

Pensativo

Pensativo, frente a una hoja de papel y pluma en ristre, dibujó el contorno de su propia mano y luego escribió, con letra menudita sobre la mano dibujada, los rasgos principales de una biografía. Empezó por el pulgar y una vez lleno se subió hacia el índice. Mientras realizaba el ejercicio le asombraba la cantidad de datos que cabían en cada dedo. Para cuando llegó al medio ya estaba contada su infancia y juventud. En el anular relató su adultez, ahí se vaciaron sus secretos más terribles, sus miedos persistentes. En el meñique relató su historia clínica, un recuento de pérdidas y achaques. No alcanzó a llenar este dedo, lo encontraron muerto al atardecer. Dijo el médico que murió por un derrame cerebral masivo. Sin embargo, inexplicable, el análisis post mortem reveló envenenamiento, tenía elevadísimo el nivel de tinta en la sangre y en el hígado.

No hay comentarios: