martes, 6 de noviembre de 2007
Insectos
Una tarde mi biblioteca se llenó de insectos. Unos animalitos parecidos a gorgojos infestaron anaqueles y paredes. Rocié insecticida para eliminar la plaga, pero fue inútil, la proliferación de bichos no disminuyó, parecía un aquelarre de polilla la noche de San Juan. Limpié de polvo los cantos y lomos de los libros. Tomé al azar dos o tres ejemplares y los abrí para ver si descubría los nidos. Mi sorpresa fue grande, ante mi vista las letras se transformaban en gorgojos y los libros quedaron como cuadernos en blanco. Ante la inutilidad de las medidas tomadas, empecé a matarlos al viejo estilo de la abuela, como piojos, presionándolos entre las uñas. Los más difíciles de aniquilar, los más duros, eran los que correspondían a las eses y las aes. Después de mucho tiempo noté que la plaga menguaba. Enflaquecí por la descomunal tarea. Me vacié al mismo tiempo que cumplí con mi exterminio. Por fin tuve al último gorgojo entre mis uñas, dudé un poco antes de oprimir, pues sabía que tal vez matar a la última letra, transformada en insecto, era en realidad una forma de suicidio.
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3 comentarios:
Está muy bonito.
Espero que no te moleste que haya puesto "bonito". Es que en esta ocasión sí es pertinente tal calificación.
nooo...esta genial, es corto pero exacto...espero que no te moleste que lo recomiendo en mi bló..saludos
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