jueves, 21 de mayo de 2009

Escritores

Es probable que los escritores se comporten como las partículas, están y no están, son apenas una mínima probabilidad en el insondable mundo del lenguaje, una cuerda que vibra, sin saberlo, en la flecha del tiempo. Existe un momento preciso de la tarde en el que son posibles todas las leyendas, todos los mitos, todas las historias. Se trata de un segundo fugaz que presagia el desastre y una nueva conflagración de vida. Tantas veces he sido absorbido por ese instante, hay tantos Norbertos escribiendo al mismo tiempo en un infinito número de universos paralelos, tantas imágenes de mí mismo en cada espejo, en el inmenso calidoscopio de la noche, que no es posible atravesar la aurora sin una irremediable sensación de vértigo.

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