jueves, 14 de agosto de 2008

Borrar la memoria: diario de febrero

Febrero 4

Cada uno de mis libros es un relato inconcluso en el que narro un periplo, un viaje que todavía no acaba y en el que ya son evidentes las huellas del cansancio. Viajo con una lluvia en la memoria y una tormenta en el bolsillo. A veces uso, para construir la bitácora, un lenguaje más bien denso. Como la Sibila, no digo, sólo sugiero. Me acerco a los sucesos con sigilo. Utilizo la figura y la metáfora como una seña segura de respeto. Otras veces digo con descaro las cosas como son, con la simpleza y la confianza de quien redacta, solo, para conversar con el silencio. Así te cuento mi dolor de piernas y una mañana de domingo que resbala lentamente por los muros. Te digo también la crueldad del asesino y el poder que medra entre las sombras, y la inefable belleza del desierto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo te leo muy seguido, aunque no siempre comento siempre te recomiendo con otras personas. Una lástima lo de Alejandro.
Saludos y nos estamos viendo para lo de la Tesis (que curiosamente es sobre "blogs" y la migración fisica..
Besos