lunes, 11 de enero de 2010

El mar VI

A veces suceden las cosas más extrañas
cuando pasan las horas como rayos de luz que se dispersan,
como gotas de lluvia en el desierto.
Ocurren también cuando te quedas solo de repente,
cuando te descubres en la orilla equivocada, abandonado,
y en la memoria un beso que se borra.

Nunca pensé, por ejemplo,
que alguna vez podría caminar sobre las olas.
Sin embargo, la tarde se me volvió de agua
y me vi mar adentro como una embarcación a la deriva.
El cielo se pobló con peces
sorprendidos por la fuerza feroz de la tormenta.

En esas horas en que ni tu sombra te acompaña,
puede pasar casi cualquier cosa
como un dragón retozando en la despensa;
una mariposa que se incendia con un copo de nieve;
un huracán terrible sobre la mesa de centro de la sala.

En esas horas no te importan las balas
que siembran el dolor en los hogares, ni el hambre,
ni la estupidez del poder enceguecido,
sólo quieres caminar sobre el mar hasta perderte,
derivar sobre la espuma
con una efímera flor azul de cacto en la pupila.

1 comentario:

Rosana dijo...

Andaba hurgando en la web, cuando me topé con este blog y mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme con Usted ! hace varios años le hice algunas traducciones y desde entonces me declaré su FAN ! le mando un gran y afectuoso saludo y tenga la certeza que a partir de hoy seré adicta a su blog. ROSANA PEREZ VILLALPANDO. pd.- le dejé el link de mi blog: la vida es una realida subjetiva, un espacio de libertad que me divierte y entretiene.